Licencias históricas

Estimado lector:

Como bien sabrás, la serie Bernal del Nuevo Mundo pertenece al género de la novela histórica. No se trata pues de un ensayo, aunque tenga como guía la máxima fiabilidad y diversidad posibles de las fuentes históricas en las que hemos basado la creación de la Serie.

Ese ha sido y sigue siendo el gran reto: apasionar como ficción, mientras recorremos cuanto hecho relevante se conoce del período. Y, a veces, hechos no tan relevantes, pero igual de significativos: vestuario o alimentación, rutinas marineras, pequeños hallazgos exploratorios, fauna nunca vista, nuevos vocablos, oficios y grados de españoles e indios, artimañas de unos y de otros, jugosas anécdotas…. La Historia de la Conquista es ya de por sí novelesca en lo grande y lo pequeño, en las gestas más divulgadas y en multitud de pequeños detalles.

Sin embargo, hemos de tomarnos –inevitablemente, pero a sabiendas- algunas licencias históricas. Con ellas se añaden personajes y hechos ficticios vinculados a ellos, que enriquecen el relato vital de Bernal y sus compañeros de aventura, facilitando su incorporación al discurrir de la Historia con mayúscula. Se trata no solo de hacer la Historia más accesible, sino también de construir novelas muchos más dinámicas y atractivas.

Algunas licencias históricas importantes que nos hemos tomado en “El Primer Viajero” son, por ejemplo, la ruta seguida en solitario de Martín
Alonso Pinzón en la carabela Pinta por las islas caribeñas, cuando se separó del resto de la expedición de Descubrimiento.

En episodios posteriores aportamos de nuestra cosecha el desenlace de la batalla de la Vega Real, envuelto en leyendas que nos sirven para
inventar nuestra propia versión de aquello. Y que a los pocos años de fundada Santo Domingo coincidieran en ella todos los grandes nombres
de la Conquista es algo cierto. La licencia es reunirlos en una taberna, como hiciera el maestro Vázquez Figueroa, pero a nuestra particular
manera.

En términos generales, no obstante, cada episodio de la saga se basa en la documentación histórica manejada con escrúpulo. Sin perder de vista
la lección del gran autor y diplomático chileno Jorge Edwards. Este dijo una vez que para el escritor de novela histórica es fundamental la Historia que NO se conoce. Es en esas lagunas donde puede inventar para sus personajes y dotarles de vida propia.

Si lo hemos conseguido, respetando lo que respeto merece, es algo que deben juzgar quienes nos lean.

Si deseas saber qué es realidad o qué es ficción no dudes en escribirnos desde la sección de Contactar y te lo aclararemos encantados.